Es elocuente cuanto no te diga,
pues ninguna palabra clarifica como el silencio.
Decirte adiós es esta copa larga con un sabor a nunca.
Sin embargo, perdido entre el alcohol,
hay en su fondo un verso.
Ese es el tuyo.
Bébelo no despacio,
pero no tampoco con la aceleración
de quien se marcha y envenena el cristal.
Deja que el vaso pueda hablar en tu boca.
Y, aunque al fin vacío,mantenga su temblor.
Ya que quien ama
para siempre lo hace.
Angel.Garcia Lopez
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