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10 de mayo de 2011

UNA ROSA BLANCA


Te perdí desde el mismo instante
 Que decidí amarte…
En el mismo momento, que soñé tenerte.
Cambie mi voluntad renunciando a vivir
Tan solo, por quererte.
Perdí mi rumbo intentando
Descifrar en tu frialdad
¡La paz de mis ojos!
 Y mi alma sumisa se abraso en la espera.
¡Y he de confesarte!...
Que en el intento de amarte
Aun me encuentro.
Y Aunque sé... que nada será igual
Te seguiré enviando una rosa blanca
En cada primavera…
Y en cada amanecer sin tu mirada
Elevare una plegaria
¡Por si tú, la oyeras!...

Copyright© Irene llavero 2011
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