RELATO DE UN FLECHAZO

                                           

RELATO DE UN FLECHAZO

Frente a ti mirándote a los ojos, intentando que no descubrieras mis pensamientos.

Procurando no delatarme con los gestos, que todo mi ser se fundía en un deseo.

Un deseo de mujer… frente a un caballero, de los que quedan pocos.  Los que escuchan tus palabras con atención, aún con una sonrisa dulce y picara en su mirada, dé galán de cuentos de hadas.

Deseo que escondía, porque no me quería mostrar como una adolescente enamorada

Sabía de antemano, que tu camino no era el mío, pero no me importaba estar allí a tu lado, porque esa tarde era solo mía, tú me la habías dedicado.

 Yo te miraba y sonreía, era feliz, aunque solo fueran unas horas, estabas junto a mí.

Las palabras se habrían paso, nos contamos secretos, desvelamos algunas esperanzas, poco a poco te deje que me descubrieras, mientras tú te relajabas hubo un roce de manos y con él se aceleró el palpitar de mi corazón.

El momento pedía otra escena, tomamos el café en la terraza, los dos solos, entre tantas mesas vacías, bajo una celosía que sostenía una enredadera. Era un paisaje que acompañaba al momento rodeado de montañas, con una suave brisa, refrescando mis sonrojadas mejillas por el pudor que se apodero de mí, al notarte tan cercano.

Un impulso tuyo, junto nuestros labios, y por un segundo sentí que me fundía,  retomando la cordura me entregue a ese beso, que momentos antes con la mirada te pedía, fue un beso cálido lleno de ternura, fueron unos segundos, pero le siguió otro que se convirtió en eterno... Porque me lo guarde para mí, para el resto de mi vida.

Fue tu primer beso, y no imaginaste entonces, que con ese beso me harías tuya.

En un momento, nos dimos cuenta que alguien nos observaba, atreves de una cerca nos miraba un potrillo, nos sacó unas sonrisas de complicidad, desde entonces, yo lo llamo, ¡Potrillo celoso!

A ese beso le siguieron otros, en otras escenas, que solo, tú y yo sabemos, y que a buen recaudo siguen en mi memoria…………..

Irene.