Aún sin el roce de tu piel
Ni el calor de tu aliento,
Aún sin estar presente
Te siento vida mía.
Aun sin verte cada día
Sigo viendo tus ojos
Y a ellos les digo
Te sigo queriendo vida mía.
Aun sin tocarme tus manos
Y faltándome tus caricias,
Sigo sintiendo tus abrazos
Vida de mi vida.
Y aunque tu cuerpo se haya ido
Tu alma me sigue visitando cada día.
Y por siempre seremos uno
Por el resto de mis días.
Irene
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