Aún en el más absoluto de los silencios
se hace evidente mi reclamo.
Y no es en la poesía donde se hace más latente;
sino en mis noches… Donde la envidia corroe mi alma.
Envidia de tu almohada, dé ese trocito de raso al que te abrazas.
Envidia de la luz tenue, de esa lamparita junto a tu cama.
Envidia de ella porque puede iluminar tu cara
envidia del roce erótico de tu piel entre sabanas.
Envidia de quien ocupa tu lado opuesto en la cama
porqué es de ella tu abrazo
es para ella tu mirada
ella goza de tus besos, es culpable de tu deseo
en la que siembras el mas intimo jadeo
hasta que llega la madrugada.
Y yo mientras tanto aquí recogiendo pedacitos,
de esta resquebrajada alma
que va muriendo de amor
que va muriendo de envidia….
Irene
2 comentarios:
Un placer estar aquí, a tu lado!
Gracias cariño,tambien es para mi un placer tenerte aqui y seguir tu blog. Somos dos enganchadas a los sentimientos escritos.
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